Pacto Adámico - La Caída en Pecado de la Humanidad
El Pacto Adámico es establecido en Génesis 3:14-19 a consecuencia del pecado original. Esto se conoce como la "caída en el pecado de la humanidad" ya que la desobediencia a Dios de Adán y Eva tuvo como resultado el legado de una naturaleza pecaminosa en todas las generaciones posteriores.
Cuando estos primeros humanos fueron puestos en el Huerto del Edén tuvieron todo lo que podían necesitar. Era hermoso, la comida era abundante, y no había necesidad de nada más. La única restricción que les fue dada fue que no comieran del árbol situado en medio del huerto. La serpiente (el disfraz de Satanás) tentó a la mujer y la engañó para que comiera de la fruta prohibida del árbol. Luego ella dio de la fruta a Adán quien comió voluntariamente la fruta que sabía estaba prohibida.
La mayoría de la gente conoce esta historia, pero pocos se dan cuenta de las consecuencias que esto trajo sobre toda la raza humana de allí en adelante. Dios le había dicho a la pareja en el versículo 3 y 4 que si comían de la fruta, morirían (Génesis 3:3). Desafiar a Dios es un pecado, y al no buscar Su perdón, se corta nuestra relación con Dios. La advertencia de la muerte tenía que ver con una muerte espiritual inminente y eterna. Dios pronunció una maldición contra la serpiente y la tierra, con un juicio en contra de la mujer y del hombre como resultado.
Pacto Adámico - La Maldición y el Juicio
El efecto de la desobediencia de Adán y Eva en el Huerto fue el legado dejado para toda la humanidad. Génesis 3:14-15 dice: "Y Jehová dijo a la serpiente: 'Por cuanto esto hiciste,
Pacto Adámico - La Redención
La redención fue asegurada en el Pacto Adámico cuando Dios maldijo a la serpiente. Las maldiciones son ineludibles, pero fue dada una gran promesa de gracia y perdón.
No era malo que Adán y Eva quisieran ser "como Dios," esto es, reflejar Sus cualidades; ese es un objetivo bueno y digno. Pero querer convertirse en "Dios" y tomar Su lugar es una rebelión en contra de Dios. Estaríamos intentando colocarnos por encima de Él. Tenga cuidado con los engaños y mentiras de Satanás. Dios es supremo y soberano, y no puede ser superado.
Dios dijo que sembraría enemistad entre la serpiente y la simiente de la mujer, y que se le aplastaría la cabeza. Aquí Dios promete que la "simiente" de una mujer derrotaría a Satanás; esa simiente es Jesucristo (Gálatas 4:4, Primera de Juan 3:8). En medio de la maldición, es dado el regalo de gracia de Dios, la redención a través de Jesús.
Si usted ha pecado contra Dios, arrepiéntase y pídale perdón. Esté preparado contra la tentación, y no permita que los engaños de Satanás lo contaminen o le corrompan. Ármese con las características de Dios; clame a Él para que le dé fuerzas para resistir cuando venga la tentación.
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